Formas de mejorar las relaciones familiares
La familia es el círculo social por excelencia del que disponemos desde nuestro nacimiento. A través de él formaremos aspectos de nuestra personalidad, descubriremos elementos del mundo y afrontaremos situaciones gracias al respaldo que nos proporcionan. No se puede elegir a la familia por lo que debemos centrarnos en mejorar las relaciones con ella. Por sorprendente que parezca para algunas personas los conflictos familiares pueden llegar a ser realmente catastróficos, sin llegar a ver la posibilidad de superarlos a corto plazo.
Para poder afrontar el reto de mejorar las relaciones familiares debemos aceptar que somos parte de ella y no núcleo fundamental. Es muy fácil que pensemos que los problemas surgen por nuestra culpa, ya sea a favor o en contra, teniendo que solucionarlo nosotros sin que parezca que a nadie más le preocupa. Virar las relaciones familiares a nuestro punto de vista personal es parte del egocentrismo natural en el ser humano, sentimiento que tendremos que tratar de minar para poder avanzar en nuestro proyecto personal.
Controla tus expectativas
Cuando llegamos a casa, volvemos de estudiar, del trabajo o simplemente hemos pasado un mal día podemos tener la expectativa de que nuestra familia nos apoyará de la forma que queremos que lo haga, incluyendo la complicada de ignorarnos directamente. Esperar comportamientos determinados en la familia es positivo pero no cuando atribuimos su ausencia a problemas personales de ellos mismos. Este problema se acentúa cuando somos de naturaleza esquiva, produciendo que nuestra familia no sepa cómo tratarnos a pesar de parecernos obvio para nosotros.
Dedica un poco de tiempo cada día a ellos
Todos acabamos cansados después de un día completo, incluso aunque no hayamos tenido realmente una excesiva carga laboral. Con unos minutos al día compartiendo experiencias mejoraremos mucho el clima en el hogar. Si tendemos a esquivar las conversaciones encerrándonos en nosotros mismos haremos que una situación cotidiana como es charlar espontáneamente se vuelva un suceso extraño, tan poco habitual que cueste cada vez más iniciarlo.
Mantente actualizado sobre sus vidas
Si hay algo que realmente duele en la familia es cuando se olvidan eventos importantes.Preocúpate por saber qué están haciendo, sus proyectos y aspiraciones. Es sencillo de entender, solo tienes que ponerte en el papel de estar esforzándote por una meta concreta que no se te reconoce porque directamente no se han preocupado por saber en qué andas ocupado. Sabemos lo doloroso que puede llegar a ser y la única forma real de conseguir que nuestros familiares se interesen por nuestros asuntos es interesarnos nosotros por los suyos, creando relaciones recíprocas donde todos conocen el devenir del resto.
Haz actividades en familia
Cuando se nombran las actividades familiares se tiende a pensar en planes estrambóticos que requieren elaboración y tiempo. Aunque son excelentes en su contenido hay que ser realistas, sobre todo si no estamos acostumbrados a hacerlos, pudiendo optar por reuniones familiares pequeñas como ver una película juntos o pasear por la calle. Este tipo de situaciones alientan las conversaciones espontáneas, alejadas de la tensión que se crea en el hogar cuando llevamos un tiempo alejados de la familia. Cuanto más actividades hagamos más normalizaremos la situación, pudiendo llegar a disfrutar de planes que ni siquiera hubiéramos hecho de no ser por nuestra familia.
Evita alterarte en exceso en las discusiones
Discutir es algo normal en el ser humano, todos lo hacemos en algún momento incluso cuando sabemos que no tenemos razón. Recuerda que la familia es para toda la vida, evita hacer daño gratuitamente a personas que te acompañarán para siempre. Por mucho que creas que te ha dolido determinado comentario no respondas de la misma forma, tómate un tiempo para pensar alejándote de la situación y retorna el problema para hablar concretamente de lo acontecido buscando aclararlo.